Vela Andalucía Oriental navega hasta Mallorca

Isidro Cabrera

Delegado de Vela Andalucía Oriental

Fue un viaje inolvidable.Y francamente, añadiría más: fue un viaje inolvidable con un equipo y una compañía inmejorables! Esta temporada, a pesar del dichoso “virus pandémico”, que nos trae de cabeza, la sección Vela Andalucía Oriental ha retomado nuestro ya clásico viaje de una semana por esos ‘mares del mundo’.

          Cierto es que algún quebradero de cabeza nos ha dado el maldito Covid, pero, como dice el dicho, ‘renovarse o morir’. Nuestra propuesta ha consistido en hacer partícipes al resto de secciones de vela de la Soci para conseguir la tripulación mínima necesaria.

          Y la respuesta por parte de los compañeros de los distintos territorios ha sido muy generosa. En pocos días formamos una tripulación heterogénea, en cuanto a su procedencia, y uniforme en cuanto a su actitud: solidaria, voluntariosa, activa y con espíritu de sacrificio y abnegación a prueba de bombas.

Rumbo SO

Completada la tripulación y con alguna baja de última hora por problemas familiares, nos hicimos a la mar zarpando del puerto de Palma y rumbo SO (Suroeste) hacia Cala Portals Bells y su vecina Cala Mago.

          Al fondear, nos llamó la atención la transparencia de sus aguas y la exuberante vida. Un obligado chapuzón en sus aguas cristalinas que asemejan una piscina, pero llena de peces.  Una ligera cena y a dormir; esa noche la pasamos mecidos suavemente por las olas.

          El alba se mostró pronta y a las 7,00 horas ya estábamos en pie y preparando la segunda singladura: Portals Wells Sa Dragonera. Recogimos fondeo y sin demora pusimos rumbo a una costa con infinitas sorpresas: acantilados imponentes y, de vez en cuando, una perla de aguas turquesas. Costa Calma, Islas Malgrats, Camp de Mar o Cala Llamp se van sucediendo por nuestra banda de estribor…

Llegada a Sa Dragonera

Finalmente, arribamos a Sa Dragonera y su entorno. Una pequeña isla paradigma del triunfo del ecologismo. Existe una fauna local representada por unas lagartijas se te suben encima a la menor ocasión.

          Unas horas fondeados para darnos un baño, comer y descansar un rato. A primeras horas de la tarde, de nuevo a navegar hacia Port Andratx donde descansaremos y repostaremos.

          Nuevamente el alba nos llama al trabajo. Hoy un día intenso de navegación. 38,36 millas náuticas para disfrutar del viento que sopla de SO., y nos empuja hacia nuestro destino. Y la mar, esa obstinada compañera que surcamos sin descanso. Navegando del través, conseguimos una media aceptable de 5 nudos.

Próximo puerto: Cabrera

A media tarde, arribamos a Cabrera. Una vuelta de reconocimiento por su ensenada y ponemos proa a Cova Blava. En ella el tiempo se para. Los colores cambian y en la penumbra de la cueva, los rayos solares al incidir en el agua producen un azul turquesa casi metálico, difícil de describir. Dentro del agua, el azul nos impregna y hace que hasta nuestro reflejo sea de color turquesa.

          Al atardecer, aprovechando el fresco que nos regala el ocaso, subimos al castillo de la Isla. Las vistas desde allí son impresionantes: por un lado la ensenada con sus veleros fondeados, por el otro, mar abierto con el sol ocultándose. “Que hermoso atardecer”.

          La luz vuelve a despertarnos. Esta noche ha llovido pero, ni nos hemos enterado, tal era el cansancio. De nuevo navegando, ahora rumbo a Cala Mondragó. Se trata de un conjunto de 3 calas muy apreciadas por su color turquesa, pero demasiado concurridas. Como el viento de Levante y la mar de fondo no dejaban de zarandear el velero, buscamos refugio en Porto-Petro.

          Un ligero almuerzo y vuelta a navegar rumbo a Porto Colom. Esa noche nos esperaba la cena oficial del viaje. Habíamos reservado en un restaurante típico de la zona para degustar sus platos. Estábamos en el ecuador del viaje y había que celebrarlo de forma especial; una cena ligera pero llena de detalles, nos devolvió por unas horas a los placeres de la mesa.

Un deleite para los sentidos

Otra vez, al despuntar el día tomamos el timón. En esta ocasión, rumbo NE., hacia Cala Varques. !Qué maravilla de la naturaleza! Cuantas cuevas, arcos y oquedades en menos de 1 km2. Los colores verdosos y azules nos sorprendían en cada recodo. La transparencia de sus aguas, la calma en el interior de sus cuevas, todo era un deleite para los sentidos.

          Las ventajas de quien madruga. La soledad de la Cala en las primeras horas poco a poco se tornó muchedumbre con la llegada de nuevos veleros, especialmente un grupo de alemanes que no paraban de saltar al agua desde los salientes de las rocas.

          Nuestro viaje, intemporal hasta entonces, reclamaba su fin. Habíamos vivido tantas experiencias y visitado tantos lugares que se nos agolpaban y, casi no sabíamos en el día que vivíamos. Pero en nuestra derrota, aun nos aguardaba un nuevo destino que nos cautivó.

          El lugar, una pequeña Cala rodeada de viviendas de pescadores con embarcaderos hasta la puerta. Cala Figuera, que así se llama, es un pintoresco pueblecito lleno de encanto, al más puro estilo de esos pequeños puertos marineros mediterráneos. ¡Nada que envidiar a las ‘paradisíacas’ Grecia, Italia o Turquía!

Una pequeña joya…

Continuamos nuestra singladura rumbo SO., donde nos encontramos con una pequeña joya y “solitaria” Cala Marmols. Toda la Cala para nosotros solos; sus aguas turquesas y su entorno nos hacían dudar si estábamos en el Mediterráneo o el Caribe.

          A regañadientes, abandonamos aquel privilegiado lugar y continuamos nuestro periplo. Visitamos playas emblemáticas como Des Caragol y Stren donde fondeamos y pasamos la noche. Un atardecer relajado pero intenso con una puesta de sol que inundaba los sentidos.

Bahía de Palma, fin de trayecto

Después de un reparador descanso, ponemos rumbo a Palma. Nuestro viaje llega a su fin. Disfrutamos las vistas de los acantilados en S’Excorsador y nos adentramos en la bahía de Palma.

          Unas preciosas vistas de la catedral desde el mar y, llegamos a puerto.

Nos preparamos para amarrar y una vez terminada la maniobra, damos por finalizado nuestro viaje por Mallorca. El próximo año volveremos a repetir. ¿Quién se apunta?

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