En el marco de la acción social de la Soci, los compañeros de Vela Andalucía Oriental invitaron al colectivo de Proyecto Ilusión, una asociación sin ánimo de lucro que aglutina un grupo de personas con capacidades especiales, a pasar un día en el mar.
Los chicos y chicas tuvieron que madrugar ese día, “aunque la mayoría no durmieron a causa de la emoción, según contaban sus padres”, nos comenta Isidro Cabrera, delegado de la sección.
A las 11 horas llegó su autobús a Benalmádena, donde en la explanada de Capitanía les esperaba María de la Presentación Aguilera Crespillo, concejala de turismo de la localidad, que, informada de su visita, no quiso dejar pasar la ocasión de saludarles y hacerse unas fotos juntos para el recuerdo.
Después, se desplazaron hacia el muelle de embarque. “Conforme nos acercábamos al embarcadero, la inquietud y el nerviosismo aumentaban por el ambiente marinero y de barcos en el puerto. Pronto llegamos a nuestro destino, embarcó el primer grupo, y el velero soltó amarras y puso rumbo a la bocana del puerto. Los rostros iluminados, en algunos casos por el movimiento del barco, otros por la sorpresa y magnitud de las aguas, otros por la expectación de la aventura que se avecinaba… Nadie quedó indiferente a lo que estaban experimentando.”
Uno tras otro, los distintos grupos formados se sucedían en embarcar y desembarcar para realizar la breve singladura. Algunos grupos cantaban, hacían palmas o daban vítores al patrón y la tripulación. Por fin, en la tercera salida, los delfines acudieron a su cita y “un grupo de cetáceos nos deleitó con su elegante nado, siguiendo nuestra estela, invitándonos en todo momento a jugar con ellos”. La expectación era tremenda, un bullicio y una algarabía difícil de contener y mantener al pasaje sentado en sus puestos. “Tardaremos tiempo en olvidar las caras de los chicos y chicas de Proyecto Ilusión, con esa expresión de inocente pero intensa ilusión y alegría reflejada en sus rostros.”
Posteriormente, se dirigieron a Selwo Marina donde, tras reponer fuerzas con un almuerzo, visitaron el parque temático. “Pudimos vivir magníficas experiencias con leones marinos, pingüinos, actividades didácticas interactuando con aves tropicales y, por supuesto, con delfines, esta vez, si cabe, aún más juguetones”.
Tras una jornada intensa, de nuevo al autobús y vuelta a casa con el zurrón de los recuerdos lleno a rebosar y cansados… “aunque, a pesar de ello, aún les quedaban ganas de cantar”, concluye Isidro. Sin duda, ¡una salida de 10!
