Surf Asturias y Fundación Deportiva Montevil: jornada de surf inclusivo

El sábado 4 de noviembre, en el marco de las actividades solidarias de la Soci, Surf Asturias y la recién creada Fundación Deportiva Montevil escribieron una página inolvidable en la historia del deporte inclusivo al compartir una maravillosa jornada de surf. Contaron además con la colaboración de la escuela de surf Siroko, que garantizó monitores experimentados y también suministró todo el material necesario para que la actividad fuera un rotundo éxito.

Lección de vida
La iniciativa ofreció a 20 niños con autismo severo, una experiencia única en las olas. A pesar de las condiciones duras del mar, con resaca, olas grandes y una fuerza considerable, la conexión entre los voluntarios de la Soci, los monitores de la escuela de surf y los niños fue excepcional.

El objetivo final no era aprender a hacer surf, sino disfrutar del momento y, tal como comenta Javier Luque, delegado de la sección, “todos, niños y adultos, hemos disfrutado un montón. Los voluntarios que hemos acompañado a estos pequeños protagonistas no solo los hemos acompañado en el mar, sino que también hemos experimentado un aprendizaje invaluable. Cada momento compartido con ellos se convirtió en una lección de vida, desafiándonos a superar obstáculos y crecer más allá de nuestras expectativas”.

Comunicación más allá de las palabras
Cada niño tenía la atención de un adulto, ya que se trata de niños muy demandantes de cuidado, que tienen poca capacidad de comprensión y de lenguaje. A Javier le pidieron que se ocupara de un niño con dificultades significativas, y se creó entre ellos un vínculo muy potente. “Con solo mirarnos o cogernos de la mano nos comunicábamos, y estos sencillos actos se convirtieron en una forma poderosa de conexión. Lo hemos vivido con mucha intensidad, y ha sido una de las experiencias más bonitas de nuestra vida, sin duda”, comenta Javier.

A pesar de las condiciones desafiantes del mar y la atención constante requerida por los niños, “todo el mundo quedó súper encantado. Estuvimos tres horas en el agua, y aunque los monitores de la empresa normalmente hacen clases de dos horas, estaban disfrutando tanto, y tan contentos con los niños, que alargaron su jornada y se quedaron hasta el final de la actividad”.

“Esta jornada se ha convertido en un desafío emocionante, uno que hemos abrazado con entusiasmo, y que ha resultado en un éxito que trasciende cualquier medida”, concluye Javier.

¡Bravo por la solidaridad y bravo por Surf Asturias!

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