Senderismo Tenerife ha vuelto a organizar una de las rutas más esperadas de la temporada: la travesía en busca de la floración de los almendros. En esta ocasión, alrededor de cincuenta senderistas participaron en la caminata, que combinó naturaleza, historia y unas vistas inigualables.

El punto de partida fue el mirador de los Poleos, desde donde los excursionistas emprendieron el recorrido por el sendero que atraviesa la colada de la última erupción ocurrida en Tenerife, la del volcán Chinyero, registrada el 18 de noviembre de 1909. El día acompañó con un cielo despejado y aire limpio, lo que permitió disfrutar plenamente del paisaje. Destacaba la imponente figura del Teide al fondo, con escasa nieve, que contrastava con el brillo negro del cono volcánico del Chinyero.

A medida que avanzaban los primeros cinco kilómetros, los senderistas dejaron atrás la sombra de los pinos para encontrarse con un auténtico espectáculo floral. Paso a paso, el paisaje se tornaba más hermoso, y ofrecía una exhibición de colores que anunciaba la llegada de la primavera. Tras recorrer 12 kilómetros, la expedición llegó a Valle de Arriba, donde las guaguas aguardaban para llevarlos a la siguiente parada de la jornada.

La celebración final tuvo lugar en el mirador del Lomo Molino, un enclave privilegiado con vistas impresionantes del acantilado de La Culata y la costa noroeste de la isla. Para culminar el día, los senderistas disfrutaron de un almuerzo en un restaurante altamente recomendable de la zona, donde compartieron experiencias y anécdotas de la travesía.

“Un día maravilloso, divertido como siempre, ¡y lleno de camaradería y buenas vibraciones! ¡A por más!”, comenta Ángel Rodríguez Perestelo, delegado de la sección.