Ni una silla vacía para asistir a las representaciones de Teatre Barcelona – La Teatral de “Llenties i cigrons”, de Fidel Rodríguez. Fueron tres funciones en la sede social y una en CaixaForum Barcelona, que se convirtió en una gran fiesta para el disfrute de asociados e invitados.

Con humor y algo de crítica, Alicia y Sebastià, en la raya de los setenta, luchan por rebajar tanta dedicación a todo el mundo (sean hijos o nietos, nueras o yernos, teatro o coral) para reencontrar su espacio más íntimo. Un espacio que en más de 40 años de convivencia les ha estado muy gratificante, y que ahora, justo ahora, están a punto de perder.

Muy buen trabajo
Los seis intérpretes lograron que el público se enamorara de sus personajes. Y cabe mencionar que una de las protagonistas, M. Àngels Sellés, tuvo que ser sustituida en la segunda y tercera función debido a una triste pérdida familiar. El recambio corrió a cargo del asociado Jordi Martorell, que, tras un pequeño retoque en el guión, se superó con creces en su papel. La Teatral le agradece el trabajo realizado y, al mismo tiempo, acompaña a M. Àngels en su dolor.

Teatro y solidaridad
Las representaciones se enmarcaron en la acción solidaria de la Soci, y contaron con la colaboración de Voluntariado de CaixaBank. Así, por un lado, las funciones en la sede social ayudaron a recaudar fondos para la entidad AJUTSI, Asociación para la ayuda del sur de la India. Una entidad que hace llegar la educación a lugares donde la escolarización es precaria. Y, por otro lado, la función en CaixaForum contó con público en riesgo de exclusión social, proveniente de las entidades Hermanitas de los pobres Tetuan, Hermanitas de los pobres Gràcia, residencia “El desert”, residencia “La ginesta” y entidad Transformadors.

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