El viento solidario sopla con fuerza en Asturias

El puerto de Gijón esperaba la llegada de una tripulación muy especial: la formada por los compañeros de la Socio y sus invitados, niños y jóvenes en riesgo de exclusión social o con alguna discapacidad, todos ellos y ellas pertenecientes a la Fundación Siloé.

La sección de Vela y Motonáutica Asturias, con el delegado Ricardo Zafrilla capitaneando la nave, dio otra lección de solidaridad. Y por partida doble, ya que no fue una sino dos las convocatorias organizadas por nuestros compañeros. Dos días y un objetivo común: hacer pasar un rato (larga) entretenida a personas que lo necesitan y lo agradecen.

La actividad constaba de un día entero para disfrutar de un taller de navegación por la bahía de Gijón y el litoral próximo, que incluía también un taller de pesca. En resumidas cuentas, estamos hablando de ocho horas y media de actividad marinera. “Nos pusimos en solfa a las 10 de la mañana, con un grupo de niños, con los que estuvimos dos horas tirando la caña y pescando; y la verdad es que pescamos mucho y variado “, informa el delegado. Pero a continuación aclara: “todas las piezas capturadas por los niños y niños fueron devueltas al mar”.

A propósito, en jornadas de este fuste siempre suele haber algún mareo. No fue ésta una excepción, aunque “ningún niño se mareó, en cambio su monitora no lo pasó tan bien como ellos”, añade con un punto de ironía el delegado. “Hay que señalar que los niños no pararon ni un momento de hacernos preguntas sobre navegación y pesca, que con mucho gusto mandó respondiendo”.

Un día navegando y pescando

A las doce pasadas, la barca regresó a puerto. Los niños desembarcaron y subió a bordo el segundo grupo de la mañana, formado por adultos. “Repetimos el mismo guión y hacia las dos de la tarde hicimos un descanso para hacer un bocado y coger fuerzas para la sesión de tarde”, explica el delegado.

Por la tarde se realizaron dos salidas más, con talleres de navegación y pesca incluidos, en ambos casos con personas adultas. Cabe decir que, por la tarde la pesca fue aún más abundante que la mañana, “y con más variedad de especies, de medidas más que aceptables”.

El ambiente fue inmejorable y “las caras de haber disfrutado que mostraban los chicos y chicas cuando se despidieron”, son el mejor balance de unas jornadas que contaron con grupos de más de treinta participantes y que siguieron las normas de seguridad para la Covid-19.

Por cierto, el último grupo se llevó las capturas en su centro de acogida, “donde las cocineras ya las esperan para prepararán un banquete de aupa”, le espetó uno de los ‘pescadores’ de Siloé a uno de los nuestros.

Con el sello del PAS-Voluntarios de “la Caixa”. ¡Enhorabuena!

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